4ta Noche cultural en Casa Teatro, Lota.
Fruto del esfuerzo de muchos años y del empuje de su director Héctor Sepúlveda, Casa Teatro, centro cultural comunitario ubicado en Lota Bajo, desarrolló su cuarta noche cultural. Pese a todas las dificultades derivadas de la pandemia del Covid-19, con mascarilla, alcohol gel, distancia social y tomando todos los resguardos pertinentes, un desfile de artistas iluminó la noche.
De forma casi discreta y paso a paso, las vigas de acero y los cortinajes han vestido a este espacio con la calidez justa para recibir el trabajo de artistas de las más diversas disciplinas. El arte y la cultura no emergen de la nada, nacen de las relaciones humanas construidas en el anhelo conjunto de una apertura hacia espacios de formación distintas.
Esta noche cultural ató un lazo entre comunidad y artista; hizo de ella un momento de calma ante el ritmo frenético de la sociedad tecnológica con poesía, música y teatro.
La noche estuvo dividida en 5 actos: Nelly Peña (poeta), Alex Jofré (danza butoh), Richard Hidalgo (cantautor), Like (músico) y Alejandro Concha M. (poeta). Las fotografías que verás en esta entrada pertenecen a la cámara de Solista Cisternas.
Con una cálida energía, la encargada de abrir la noche fue Nelly Peña Pinilla. La poeta lotina, quien recientemente publicó su libro "Súplica de pieles" (Ediciones Orlando, 2021), hizo lectura de sentidos e íntimos poemas relacionados a temas tan contingentes como la violencia de género, reivindicaciones sociales y meditaciones en torno al lenguaje y su utilidad social. Su tono lorquiano y ameno empatizó de inmediato en el público, extendiéndose por más de 20 minutos, intercalando versos con divertidas prosas y microcuentos, entre los cuales destacaban algunos seleccionados en los libros de Biobío en 100 palabras, donde Nelly ha sido destacada en varias versiones consecutivas.
En música la tarea estuvo a cargo de dos artistas: Richard Hidalgo, cantautor y folclorista, quien trajo al escenario reconocidas tonadas de su repertorio, las cuales guardan relación con la vida minera, la historia del carbón y sus tradiciones.
Por su parte, Alex Jofré presentó una bella pieza de Butō titulada "Quila". La obra, que duró un total de 15 minutos, muy en el estilo de sus anteriores trabajos (tanto como director y bailarín), guarda una estrecha relación con la mitología mapuche, sus símbolos y paisajes, además de una manifestación esotérica del cuerpo. Esta danza de origen japonés, que en los últimos años ha sumado a diferentes exponentes en distintas partes del continente, se ha atrevido a ofrecer nuevas propuestas en torno al debate de la colonización y la ecología frente al sistema neoliberal. En esta particular interpretación de Alex vemos reflejado, no solo a un arte que expone un fragmento de la realidad, sino que además persigue una nueva poética para narrar la historia y mitología de los cuerpos latinoamericanos.
Con algunos poemas pertenecientes a mi siguiente libro "Los errores de nuestros padres", en una velada que, al menos en lo personal, resultó muy significativa, me tocó cerrar la noche cultural. Agradezco la oportunidad de compartir en tiempos donde nos debatimos entre la muerte y la supervivencia, ofrecer esa mano entre creadores para subir al escenario, y a días de esta nueva publicación, tiene para mí un aire inaugural.
Un centro cultural es casa de la expresión, erguirlo es la reivindicación de una necesidad humana básica: la de construir nuevos conocimientos y experiencias por medio de la expresión, para posteriormente transmitirlos a la aldea (al pueblo, diría una amiga).
Casa teatro se encamina hacia un futuro prometedor y esperamos —desde aquellos que estuvimos en el escenario, hasta quienes en la cocina o tras bambalinas—, defienda y manifieste las inquietudes y pensamientos del Lota y la sociedad que viene por delante.
Alejandro Concha M.
